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Emprendiendo en la nueva normalidad

Actualizado: 25 oct 2020

Como empresarios o emprendedores dimos inicio a un año 2020 con grandes vistas de cambio, poniendo en marcha nuevas estrategias de servicio y comunicación para un futuro que distaba de una nueva realidad por venir. Es casi como pensar que por mucho que tu negocio haya sumado años y tengas la fortuna de sobrepasar las estadísticas de cierre que tanto espantan año con año. Tu emprendimiento debe renacer, redimensionar y replantear tanto su visión y misión como objetivos para permitirse crecer en paralelo a la suma de conocimiento, experiencia y la pasión que como emprendedores poseemos por nuestros talentos.





Hoy todos hemos aprendido una nueva lección centrada, definitivamente, en el área de influencia externa. Lugar del que jamas podríamos llegar a tener control del todo, y del que deberíamos estar mas conscientes a cada momento; pues si del futuro nadie es testigo, quizá prever el camino que se avecinaba dependía por completo de lo que observamos, investigamos y por supuesto del análisis que con frecuencia debe surtir efecto para evaluar el comportamiento de nuestra empresa ante situaciones externas. Pero, ¿quien hubiera previsto las desiciones que enfrentaríamos?


Lo difícil de tomar una decisión es, por supuesto, reconocer que tienen un precio y un placer, como elementos de cualidad sustantiva y que con poca frecuencia tomamos en cuenta por sobre la ilusión unipersonal del contexto que prefijamos en nuestros negocios. Y con esto es impensable acatar una suspensión de actividades.


Tras cinco meses de suspensión obligatoria en las actividades económicas, pocos lograron sumarse a la reactivación, y es en este tiempo que el verdadero reto da inicio.

Una empresa por supuesto preve posibles contingencias, por lo que destina y asegura un capital de reserva que ha bien responda a este interés, pero todo tiene un limite. Tras la imposición de cierre, esas reservas para muchos ya son inexistentes y promover un cambio en la administración de cualquier capital que pueda ingresar es de vital importancia, sumado a la necesidad de evolucionar la forma en que presentamos y hasta ofertamos muchos de nuestros productos o servicios ante una sociedad que del todo no ha promovido el correcto uso de las tecnologías de la información, y ¿qué decir del comercio informal? Pues justo en ese tiempo de suspensión tuvo una gran expansión que por supuesto agravó las condiciones de un posible regreso, y aún más tras la reactivación, su crecimiento fue aún mayor dejando en claro que no se cuenta con instituciones de autoridad responsable e incorruptible.


Desde la formalidad de nuestros negocios y el ánimo de emprendimiento nace una sencilla pregunta. ¿Como enfrentar las nuevas condiciones que han sido impuestas, y las reglas del juego que exigen mayor disciplina? Lo sé, para muchos es más fácil decir que la informalidad es el camino, así como el tan acostumbrado campo de acción de "el que no tranza no avanza", pero esta forma de tomar acciones es la que precisamente agravó la condición de la actual emergencia sanitaria que todos vivimos. Pues no faltó quien hizo omisión de las reglas y actuó por voluntad propia en función de su interés individual manteniendo operaciones al público en general a puerta cerrada para la autoridad, o incluso otros comercios informales que abusaron de las condiciones de adaptación de departamentos o despachos que un edificio tiene para uso de vivienda y así evadir las inspecciones.


La situación para nadie es sencilla, pero debemos comprender que en esta nueva normalidad no se trata de andanzas individuales, sino de saber convenir, ser responsables, sumar esfuerzos, y principalmente ser comprometidos con nuestro país. Pues aunque no se desee emprender formalmente, por muy complicado que sea y los miles de tabúes del uso de impuestos, y un largo etc. Si lo haces en forma te aseguro que tendrás días muy difíciles o muy buenos, y sobre la marcha de pruebas, errores y la victoria de cada momento podrás sentirte orgulloso de ser una persona física o moral que día a día se esfuerza por fortalecer no sólo un negocio o una empresa, sino también la economía de las familias y del país, principalmente a esa moneda que a todos nos representa en el mundo entero.

Emprender es tener algo que decir al mundo; es llevar el "que" más allá de lo que imaginamos; es hacer que la gente sienta como materializamos nuestra pasión como un arte basado en las buenas maneras...



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